Desde hace un tiempo no duermo bien.
Tengo grandes pesadillas que me despiertan a media noche y
ya no me dejan volver a conciliar el sueño.
Y claro, después del sofocón qué haces, pues darle vueltas a
la cabeza.
Y así llevo días y días, o mejor dicho, noches y noches, dando
vueltas y vueltas y sin moverme del
sitio.
He repasado toda mi vida, parándome, analizando cada etapa,
visualizando cada acierto y cada error.
He podido ver todo lo bello vivido, he disfrutado y sonreído
recordando aquellos momentos, a esas personas, las que siempre estuvieron
conmigo y las que un día en mi camino se cruzaron y junto a ellas viví momentos
felices e inolvidables.
Gracias os doy a vosotros por estar junto a mí y gracias le
doy a la vida por permitirme vivirlos.
He podido ver los malos momentos, momentos de sufrimiento y
a vosotros que en algún momento me hicisteis daño.
Os he apartado de mi pensamiento con la misma fuerza y
decisión que en su día os aparté de mi vida.
Muchos errores han sido los que he cometido y muchos los que
cometeré, de esto estoy segura pero también de que no me arrepiento de nada porque
tras cada caída me he levantado más fuerte y de cada uno de esos errores he
aprendido una lección.
Esta lección de vida nunca voy a olvidar y viajará conmigo hasta
el final.
No elimino ninguna etapa por difícil que haya sido porque con ella
eliminaría
a esas personas que conmigo la vivieron y que la vida hizo
que no estuvieran en la siguiente.
Personas maravillosas, tan distintas, dignas de admiración
que siempre en mi corazón permanecerán.
Lo que sí eliminaría son momentos concretos, esos momentos
terribles que todos tenemos y que son imposibles de borrar, unos porque son ley
de vida y otros porque no son tu voluntad sino la de otro pero que te dañan, te
dañan hasta lo más profundo de tu corazón, desgarrando tu alma.
Ya llegó la noche, la hora de dormir y ahora…….
m